sábado, julio 05, 2008


Esta es la narración de la batalla naval de Manzanillo donde los marinos yanquis destruyeron a la marina española y salieron ilesos del ataque desde la costa. No hubo colaboración cubana con los americanos en este caso ocurrido en Julio 18 de 1898. Significativamente los españoles capitularon el 10 de Octubre de 1898, treinta años despues del inicio de las guerras en Manzanillo.

La historia oficial no reconoce esta batalla, pero la narracion de Everett coincide con la realidad segun la geografia del lugar.

También es notable la presencia de un casco de barco espanol hundido en la bahía.

Hay constancia del protagonismo del barco Cuba Española en los anales de esta guerra.

En la foto aparece el barco Purísima Concepción trasladando a los marinos yanquis al terminar la segunda ocupación en Manzanillo, en la mañana de Navidad de 1898.
EXCITING EXPERIENCES IN OUR WARS WITH SPAIN AND THE FILIPINOS.
OFFICIAL AUTOGRAPH EDITION.
Editada por Marshall Henry Neil Everett.
Incluye la “Historia Oficial de Nuestra Guerra contra España” por el Presidente WM. McKinley, según aparece en su mensaje oficial.


CAPITULO XVI


BATALLA DE MANZANILLO


BUQUES AUXILIARES PELEAN EN LA TERCERA MAS IMPORTANTE BATALLA DE LA GUERRA.
ESPLENDIDA FAENA DE EL HIST, EL HORNET Y EL WOMPATUCK.


La batalla de Manzanillo se sitúa tercera en importancia entre los diferentes eventos navales, pero se dio tan tarde en la guerra y siguió tan de cerca a otros sucesos más importantes que no recibió la atención merecida.
La historia de esta batalla es cómo siete cañoneras caladas en lastre entraron a un puerto hostil y en menos de cuatro horas destruyeron diez barcos españoles.
Manzanilo queda en la costa sur de Cuba, al extremo este de una especie de mar interior demarcado por una línea de cayos que se extienden desde Cabo Cruz hasta Tunas de Zaza.
Manzanillo era el cuartel general de aquellos barcos que burlaban el bloqueo en donde se daban cita muchas pequeñas cañoneras de hasta 250 toneladas que habían sido construídas expresamente para navegar en aguas cubanas.Tomando todo en cuenta, Manzanillo se había convertido en un lugar muy problemático y al que se hacía muy difícil entrar dada la línea interior de cayos que bordean la boca del puerto.
En dos ocasiones se habían hecho intentos de reconocimiento; uno por el Scorpion y el Osceola y otro por el Hist, el Hornet y el Wompatuck pero habían sido rechazados con fuego cerrado; todos impactados y uno deshabilitado temporalmente.
De sus informes se pudo saber que había tres baterías en la costa y cierto número de cañoneras en el puerto, pero nada se supo respecto a si el puerto estaba minado o sobre la fortaleza de la defensa.
Finalmente se decidió un ataque combinado por los buques Wilmimgton, Helena, Scorpion, Osceola, Hist, Hornet y Wompatuck en la mañana de Julio 18. El Wilmington y el Helena eran cañoneras de calado en lastre y altos mástiles militares, diseñados para navegar en aguas de China. El Osceola y el Wompatuck eran remolcadores armados. El Scorpio, el Hist y el Hornet eran barcos de recreo adaptados.
Las dos cañoneras más grandes, aunque con tan formidable apariencia que los españoles las confundieron con acorazados, desplazaban sólo diez pies de agua y se adaptaban particularmente bien para navegar en puertos de aguas poco profundas.
El comandante C.C. Todd de el Wilmington, el oficial de mando con más tiempo de servicio había recibido órdenes de destruír los barcos enemigos pero evitar, de ser posible, cualquier confrontación con las baterías de la costa. Todavía se recordaba la suerte del Winslow, y la necedad de poner buques pequeños al alcance de la artillería pesada instalada en tierra se había quedado impresa en la mente de los oficiales de mando, especialmente cuando no habían fuerzas de desembarco disponibles.
El comandante Todd partió su flota en tres divisiones para tentar su avance en el puerto por tres diferentes vías por entre los cayos y evitar de ese modo el escape del enemigo. El Wilmington y el Helena tomaron el canal más al norte en la extrema izquierda. El Scorpion y el Osciola buscaron un canal directamente opuesto a la ciudad, mientras que el Hist, el Hornet y el Wompatuck tomaron un canal más al sur y a la extrema derecha de la línea de ataque.
Era una mañana soleada y clara, con una brisa suave del este soplando en la cara de los marinos, mientras los buques se dirigían a Manzanillo, a las 6:50 AM
El comandante W.P. Swinburne del Helena siguió el curso trazado por el Wilmington y a las 7 en punto, cuando lo tuvo a 4oo yardas a estribor, izó sus banderas.
Los cinco buques se alinearon ya dentro del borde de los cayos de norte a sur en el orden indicado y a las 7:04 una batería de la costa abrió fuego, sin alcanzar a ninguno. El comandante Swinburne había ordenado que los proyectiles trazadores que se guardan en el mástil militar fueran arrojados por la borda y fue acortando gradualmente la distancia que lo separaba de el Osceola y el Scorpion, que fue el primero en atacar a las baterías de tierra a las 7:18 Un poco más tarde el Wilmington comenzó la ofensiva contra la ciudad y a las 7:52 el Helena, que había distinguido algunos buques enemigos en el puerto, disparó con su batería de babor.
Algunas de las cañoneras españolas comenzaron a presentar batalla a la flota en ofensiva, pero la ecuanimidad y el deliberado fuego de los marinos yanquis las hizo retroceder y a las 8:07 a la entrada norte del puerto se vio ardiendo un buque de vapor.
Además de las tres baterías en la costa, un fortín en una loma detras de la ciudad abrio fuego a las 8:20 pero ningun barco americano fue alcanzado, pues estaban a unos 3000 o 4000 yardas en avance oblicuo.
No fue fácil el avance, pues los buques más grandes apenas encontraban profundidad suficiente para flotación y tenían que ser guiados por los dos hombres en la plataforma de sondeo que lanzaban la plomada constantemente. Cuando las plataformas se acercaban dos brazas era necesario tentar aguas más profundas. Como navegaban a unas 3000 yardas, los disparos del enemigo comenzaban a caer cerca de el Helena, muchos de ellos pasando por sobre el puente y un fragmento estallaba sobre el castillo de proa. Las balas al impacto se proyectaban alrededor y así perforaron el pantalón del navegante, pero nadie prestó atención, pues nadie fue herido. Los hombres de la plataforma de sondeo continuaban declamando la profundidad según sus plomadas y aunque alguno podía esquivar una bala, aun así no abandonaba su trabajo por un instante.
Marinos y oficiales lucharon en el estilo metódico que había caracterizado a la marina a lo largo de la guerra.
Un poco al sur de la ciudad estaba el pontón Maria, un armatoste utilizado como barco de recepción y entrega. Este tenía algunos cañones de 6 pulgadas que seguramente iban a ser muy hostiles. El comandante Todd sabía que debían ser destruídos, pero no quería gastar municiones; así que hizo señales al Helena: “Fuego a las cañoneras, fuego al pontón.” No solo éste ardía en llamas a las 9:20 AM sino también algunas cañoneras y transportadores.
A las 9:56 se le ordenó al Helena fijar su atención en las cañoneras a la derecha de los buques ya impactados y se acercó un poco más a la costa, disparando su batería de estribor a unas 2100 yardas de distancia. Una a una las cañoneras hostiles fueron quedando en llamas, dos de ellas explotando como fuegos articiales y el resto a la deriva. Pero ya en ese momento el Helena y otros buques se encontraban al alcance de las baterías de la costa y de un fortín en una loma encima del Punto Guá. La forma en que se hundían en el mar los proyectiles que caían cerca, indicaban que los españoles estaban usando baterías de mortero o cañón de lámina lisa de largo alcance.
Al ver que todos los barcos enemigos habían sido hundidos o destruídos, a las 10:22 el Wilmington dio la señal general de cese al fuego y la flota americana retrocedió a la bahía. El Helena continuó disparando por unos minutos para cubrir su retirada y la del Wompatuck que estaba a babor y se salpicaba con el agua que levantaban los proyectiles disparados desde la costa. A las 10:35 el fuego había cesado.
En esta acción el Helena, que había podido hacer su parte generosa del trabajo, disparó 203 proyectiles corrientes de sus cañones de 4 pulgadas; así como de sus ametralladoras Colt, 129 de 6 libras; 84 de 1 libra y 430 de 6 milímetros.
Ningún barco había sido dañado materialmente ni un solo hombre se había perdido por la parte americana y la flota recogió fácilmente los botes y otros medios móviles que habían sido dejados durante la acción en un centro de mando cubano en la costa.
Los españoles perdieron unos 200 hombres, 6 cañoneras, 3 transportadoras y un pontón. Entre las cañoneras estaban El Guardián, Estella, Cuba Española y Guantánamo. Los transportadores destruídos fueron El Gloria, El José García, así como El Purísima Concepción, que había sido perseguido hasta el puerto por la flota del bloqueo. Todo bajo el fuego de al menos 4 baterías en la costa y dos fortines. Se tuvo gran cuidado en hacer el menor daño posible a la ciudad misma, y según se sabe, poco o ningún daño se le hizo.La flota americana llegó al puerto de Manzanillo para hacer su negocio con los barcos españoles y cuando el negocio se había terminado rápida y satisfactoriamente, los barcos de la flota regresaron a sus estaciones, excepto el Wompatuck, que fue enviado a Guantánamo para reportar ante el Almirante los resultados de la batalla.

1 comentario:

Vicente dijo...

BUENAS TARDES.

MI NOMBRE ES VICENTE SANAHUJA Y TENGO UNA WEB LLAMADA http://vidamaritima.com QUE NARRA LA HISTORIA DE LA MARINA MERCANTE ESPAÑOLA. ESTOY MUY INTERESADO EN SABER SI PODRIA CONSEGUIR COPIA DE MAS RESOLUCION DE LA FOTO DEL PURISIMA CONCEPCION QUE TIENE USTED EN ESTE POST. MI EMAIL PERSONAL ES vicentesanahuja@gmail.com
COMO VE EN LA PAGINA VIDA MARITIMA HAY BASTANTES FOTOS Y NOTICIAS SOBRE LA VIDA MARITIMA EN CUBA, QUE PUEDE USAR SI GUSTA.
ESPERO QUE PODAMOS SEGUIR EN CONTACTO.

ATENTAMENTE

VICENTE