lunes, junio 02, 2014

Raúl Roa Courí habla de Carlos Rafael Rodríguez

"Carlos Rafael, como otros comunistas, había afirmado más de una vez, contradiciendo a los cronistas burgueses que tildaban de “experimento” al régimen establecido por Lenin sobre los escombros de la Rusia zarista en 1917, que el sistema socialista era irreversible, que Lenin y Stalin habían demostrado que sí podía construirse el socialismo en un solo país, no obstante el cerco imperialista."
Esta es una proposición muy temeraria. La doctrina de "revolución en un solo país" como línea adoptada en el Congreso 14 del PCUS en 1925 es una teoría de contrataque, no original. Surge de la posición contestataria de los extremistas ante los lamentos teóricos de los que adivinaban la causa última del desastre de la URSS: el atraso técnico. Es un movimiento defensivo ante la jugada de Trotsky de una apertura engel-marxista: la revolución permanente. Stalin pensaba que: "la falta de fe en la fuerza y capacidad de nuestra revolución y del proletariado de Rusia es la base de la teoría de la "revolución permanente". Plantea también en "Cuestiones del leninismo": "la raiz de este error es que Zinoviev está convencido de que el atraso técnico de nuestro país es un obstáculo insuperable para que el proletariado edifique la sociedad socialista"
Aunque pocas veces me oigan citar a Martí,_  enfermedad endémica nuestra_, pienso que en esta porfía Martí está del lado de Trotsky, al expresar en su acostumbrado discurso sentencioso y sugerente que con nosotros, sin nosotros o contra nosotros, siempre habrá revolución.
Kamenev le reprochaba a Stalin haberse convertido en cautivo de la política de Bujarín respecto a la NEP (nueva política económica), que comenzó a dar buenos resultados concretos pero malos resultados subjetivos.
Carlos Rafael como todos los comunistas nunca tuvo ideas fuera del centralismo ideológico.
El segundo del manzanillero Francisco Calderío alias Blas Roca en la primavera de 1961 era Flavio Bravo que fue escogido por el propio Raúl para encabezar una delegación  a Moscú y pintarle a los bolos un panorama sombrío por la cercanía de USA.
El viejo partido de los comunistas cubanos estaba a la desbandada tras los sucesos del sectarismo de Aníbal Escalanate y el jefe se plegaba a las nuevas circunstancias. Hoy día la historia oficial no reconoce otro partido que el que se inventó Flavio Bravo con la ayuda desinteresada de Blas Roca.
Las opiniones de Carlos Rafael sobre el CAME son decepcionantes. Eso mismo me decía en Nicaro en 1975 un militante comunista estudiantil universitario y yo le respondía que esa relación era sencillamente una condena a Cuba a ser una colonia monoproductora de azúcar. Gracias a Dios que tenía razón.