La última noticia por el Noticiero Nacional de Cuba es que se suspenderán los trámites consulares de la Oficina de Intereses cubana en Washington porque el banco que les servía les dió plazo para buscar otro. No han encontrado otro por más que hayan buscado. Se jodieron los pasaportes y los viajes a Cuba hasta nuevo aviso.
Y sé que muchos cubanos aplaudirán fuera y dentro de Cuba; unos porque apuestan por toda medida contra el gobierno abusador y despótico en la isla y otros porque apoyan toda respuesta viril a las manipulaciones del imperialismo. ¡Qué clase de mierda es el comunismo, pero qué clase de mierda es el cubano!
Todo el bloque ex-socialista de Europa Este se derrumbó como castillo de naipes con una simple amenaza de invasión perestroika de información; revistas, periódicos, cine, TV como antesala del Internet superaron graciosamente a las unidades de tanques y flotas de aviones conque solían tratarse los adelantados pueblos de la culta Europa, para correr definitivamente las cortinas de acero. Pero los cubiches no creen en eso. Los capitanes arañas de Miami siguen pregonando el mismo discurso granmense de La Vana, sólo que en sentido inverso. Un viejito cagalitroso de la Calle Ocho es un guarapito de Manzanillo bien vestido y alimentado. ¡Qué razón llevaba Orestes Ferrara cuando, a instancias de un colega en el Congreso (¿ah, había Congreso en Cuba?) que aspiraba a que Cuba se convirtiera en la Suecia de América, preguntó: ¿Y de dónde sacamos los suecos?.
Compatriotas: el gobierno cubano no sobrevive a un levantamiento de las restricciones de los viajes de americanos y del embargo.
Hubo cientos de miles de muertos de ambas partes en la guerra USA vs Viet Nam y ahora la última tiene categoría de nación más favorecida en el comercio con la primera. Sólo un ciudadano vietnamita logra eso, del mismo modo en que recibe a cubanos que le enseñan cómo sembrar café y hoy día son el tercer productor mundial.
Hay trato con Corea Norte, Irán, Rusia. De China no hay que hablar.
Las autoridades cubanas visitan a China y Viet Nam y se reúnen con los partidos comunistas respectivos, no con los empresarios que han logrado levantar los países, intentando dar a entender que hay alguna vinculación con el trasnochado partido cubano. Nada más irreal. Aquellos partidos son el mascarón de proa de unas economías capitalistas que no progresan por el partido sino muy a su pesar. Eso mismo podríamos lograr en Cuba si tuviéramos la inteligencia común que nos falta. Ya sé que los representantes del gobierno cubano han expresado que no están interesados en pequeños capitales, con lo que demuestran que caminan por el filo del cuchillo del fascismo, definido como la colaboración entre la empresa y el estado. Pero si todos los cubanos decidiéramos llevar lo que tuviéramos para Cuba y abrir un timbiriche donde pudieran buscarse la vida dos o tres infelices, estaríamos arrebatándole cientos de miles de incondicionales a los comunistas. Uno responde por el que le paga. ¿Que podríamos perder el dinero? ¿Cuánto perdieron Céspedes y Aguilera?
¿Podría alguien imaginar qué hubiera hecho el pueblo alemán si Hoenecker les hubiera alentado a expresarse abiertamente, no importa en qué términos siempre que sea con respeto? ¿O si hubiera instado al partido a que abandonara su papel de dirección en las empresas? ¿Y si hubiera anunciado que quiere retirarse a disfrutar de sus nietos en unos cinco años? Pues bien, eso le ha dicho Raúl al pueblo.
Yo creo sinceramente que el pueblo de Cuba está esperando que el gobierno renuncie en masa para reclamar su derecho a escoger su líder. No hay espectáculo más triste que ver a un pueblo aceptar un fantoche impuesto por los mandones de turno que seleccionan al jefe de estado después de ser electos ellos mismos en la base. Cualquier semejanza con el sistema católico de cardenales eligiendo a los papas no es pura coincidencia; en ambos casos se hace para perpetuarse en el poder.
¡Cubanos, yo os amaba. Estad alertas!