martes, julio 14, 2009

Un homenaje para la ausencia de Carlos Puebla.

La noticia esta fechada en La Habana e informa que se realizó en Bayamo.

Yo participé en el último homenaje en vida que se le hizo en Manzanillo, donde nació y se hizo trovador. Fue un evento emocionante. Todavía no era aprovechabe su nombre para Bayamo.

El mérito de Carlos Puebla fue dar a conocer la trova manzanillera en el mundo. La sencillez de sus sones siempre me recordó la bunga familiar donde los instrumentistas eran mi padre y mis tíos; también allí, armónicamente, está el órgano manzanillero que es como debe llamarse y no oriental, pues los demás no hicieron otra cosa que copiarlo.

La noticia hace un elogio a la sencilllez del artista y dice que su esposa de él ha donado artículos personales que acopió en su actividad nacional e internacional. Parece que la señora es más espléndida de lo que fue el cantor. Era de conocimiento popular en mis tiempos en el Golfo, tradición oral trasmitida de generación en generación, que Carlos Puebla, en sus pininos como trovador en circunstancias económicas difíciles, a instancias de su madre que le pedía cierta ayuda pues tenía que buscar el sustento lavando ropa "para la calle", le negaba asistencia alegando que él era "un artista". Vox populi suprema lex.

Yo particularmente doy mi testimonio de que un sobrino suyo amigo mío, en nuestros tiempos de cantadera y tocadera de guitarra le pidió un juego de cuerdas y obtuvo un no y una justificación baladí.

Carlos Puebla no ha tenido el reconocimiento que se merece. Es la misma suerte corrida por otros músicos manzanilleros en la urbe hostil y altanera. Carlo y Luis Borbolla, Alberto Socarrás, Anselmo Sacasas, Julio Gutierrez, Emiliano Ponciano, Joaquín Codina, Carlos Faxas, Diego Bonilla, Chucho Alvarez. La Habana se reserva el derecho de reconocer mérito y rendir honores al Caballero de París. Era un pobre diablo, pero tenía una aureola romántica y de París. Como dijo Gonzalo Roig en su momento; "la sociedad habanera siempre consideró un delito cantar una canción cubana".

La Original en su XXV aniversario hizo una gira nacional que culminó en el teatro América. Se quejaba de que no le pusieron ni le grabaron para la televisión cubana. Es lógico; el tiempo está ocupado en trasmitir por satélite para el mundo a los cantantes pop y rock americanos y europeos, así como series televisivas americanas.

El mismo cantor del pueblo y la revolución dijo en un son que "los caminos de mi Cuba, nunca van a donde deben..."

Este homenaje debió haberse hecho en el Teatro Manzanillo. Creo que el teatro que fue dirigido artísticamente por el mismo Carlos Manuel de Céspedes, en donde eventualmente participó como actor, amerita muchísimo más dicha celebración que un ridículo y abigarrado "museo de cera de Bayamo".

Y estoy seguro de que nada de lo que aquí llevo dicho es ignorado por la inmensa mayoría de los manzanilleros. Lo que pasa es que ya no tienen su periódico La Demajagua, porque Bayamo se lo robó.
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