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martes, agosto 28, 2012
Cólera en Manzanillo de Cuba. Parte III
Delio G. Orozco González.
Historiador de Manzanillo.
Se abre la caja de Pandora.
Corría tórrido, como venía sucediendo desde hace algunos años atrás, el período estival.(35) La
condición de ciudad marinera, con un nivel casi idéntico al del mar, hacía que la sensación de
calor fuera más intensa porque la humedad con altos niveles así lo propiciaba.(36)
En los primeros días de junio de 2012 llovió en abundancia: "Las recientes lluvias en zonas
rurales y urbanas de Manzanillo resultan beneficiosas para la situación hídrica del municipio,
además favorecen en gran medida los cultivos de esta época del año. Regiones como Jibacoa y
Cayo Espino ya presentan situación de desbordamiento de los ríos, pues las precipitaciones
aunque no muy abundantes, se han mostrado constantes desde el pasado 18 del presente
mes"(37) y los bajos asentamientos en la zona de El Sitio, Remate, Sabana Nueva y colindantes,
como siempre, tuvieron cuota líquida crecida; sin embargo, nadie podía imaginar lo que ha
continuación se desencadenaría, ni siquiera la dirección del Centro Municipal de Higiene y
Epidemiología, quien en marzo, y en boca de su directora había dicho: "Todos los programas
están estables, entre ellos las infecciones respiratorias agudas (IRA) y las enfermedades
diarreicas agudas (EDA)". (38) Y es que en la situación de vulnerabilidad sanitaria que presenta
el municipio, especialmente la zona periférica, era solo cuestión de tiempo que un brote de
cualquier enfermedad hídrica se produjese.
Al principio solo fue un rumor, luego se delineó hasta desembocar en certeza: ¡hay cólera en
Manzanillo! En la madrugada del 22 de junio, Teodomiro Rondón Guisado, anciano de 86 años y
residente en El Sitio, se despierta con fuertes dolores de barriga y calambres en las piernas; es
llevado con rapidez a la policlínica No. 4 Luis Enrique de la Paz donde le comienzan las diarreas
y la consecuente deshidratación, mientras el oportuno suministro de líquidos y los cuidados
brindados en el hospital Celia Sánchez Manduley evitan que fallezca(39); sin embargo,
Teodomiro no fue el primer caso.
Entre los días 10 y 20 de junio una familia completa de El Sitio fue ingresada, los mayores en el
hospital Celia Sánchez y los menores en el Hermanos Cordové. Al principio se creyó una
ingesta, pero la posterior evolución del cuadro clínico hizo que el personal médico -conocedor de
la sintomatología, algunos pudieron ver cólera en el cumplimiento de sus misiones
internacionalistas-, alertara de la situación y aunque al inicio la incredulidad hizo mella en
decisores y alguien los tildó de alarmistas, el sentido común primó y el mensaje, de las
autoridades sanitarias a las políticas fluyó y desde ese momento se inició el enfrentamiento. Una
fuente médica refiere que el 21 ó 22 de junio, en una entrega de guardia se discute la cantidad de
pacientes que llegan con diarreas al Cuerpo de Guardia del hospital Celia Sánchez; unos galenos
afirman que es viral, otros aseveran que es cólera; un día antes se habían ingresado 42 pacientes
con EDA (Enfermedad Diarréica Aguda). El día 25 de junio se ingresan 62 pacientes y es
necesario localizar otros médicos que descansaban en sus casas para ayudar al manejo y
tratamiento de los pacientes. Ante la duda, el desconcierto y la falta de confirmación inicial se
indicó a los afectados Metronidazol, Ciprofloxacino y Tetraciclina; no obstante, y como asegura
la misma fuente, el 90% los médicos tenían la corazonada del diagnóstico, intuición que aumentó
a partir de la constatación, por parte de especialistas del Instituto de Medicina Tropical Pedro
Kourí (IPK), de las deplorables condiciones higiénico sanitarias en los lugares donde empezó el
brote.
En la última semana de junio se especuló sobre la posibilidad de que la bacteria Echerichia coli
fuese la causante del brote «diarreico», sello con el cual los medios locales de difusión masiva
catalogaron la situación generada. Esta línea informativa, orientada por supuesto, se nos antojó
similar al agua: incolora, insípida e inodora, razones que la convirtieron en blanco de críticas por
parte del pueblo y del gremio médico pues debilitó entre la población, en un primer momento, la
percepción del riesgo, limitándose a emitir los tradicionales mensajes para evitar enfermedades
gastrointestinales. No importa cuantos subterfugios mediáticos o presiones se idearon para evitar
filtraciones, una noticia de esta magnitud no podía ser ocultada; de inmediato, en el pueblo,
comenzaron los comentarios: "¿Te enteraste?, hay cólera...", era la constante en la calle y los
hogares; en estos últimos se hablaba sin tapujos porque en los espacios públicos se corrió «la
bola» de que quien dijera que había cólera, sería multado. Encolerizado comenté: ¿quién eliminó
las garantías constitucionales?, ¿cuándo se decretó el estado de emergencia?, ¿quién pude
justificar, en su sano juicio, que decir que hay cólera en Manzanillo traiciona el espíritu del
artículo 53 de la Constitución que reconoce a los ciudadanos la libertad de palabra y prensa
conforme a los fines de la sociedad socialista? Estos hechos demuestran, por un lado, la incultura
jurídica de una parte de la población y por otro, los temores de quienes creyendo tener o teniendo
parte de culpa en la situación creada podrían, al echar un manto de silencio sobre el tema,
minimizar el impacto.
Gratifica reconocer que, a diferencia del tratamiento informativo, la rápida intervención médica,
las pesquisas activas, las visitas a los lugares, la orientación sanitaria, la movilización de médicos
y personal paramédico fue inmediata e hizo posible contar con información valiosa para enfrentar
con orden el brote de cólera, incluso antes de hacerse público, hecho verificado el día 3 de julio
mediante nota de prensa del Ministerio de Salud Pública dada a conocer, solamente, en las
versiones digitales de los periódicos Juventud Rebelde y Granma:
El Ministerio de Salud Pública informa que durante las últimas semanas se ha
venido reportando, en algunos territorios, una tendencia al incremento de las
enfermedades diarreicas agudas, lo que ha estado influenciado por las altas
temperaturas e intensas lluvias.
Una de las provincias que mayor incidencia ha registrado es Granma,
correspondiendo la mayoría de los casos al municipio de Manzanillo, donde se
ha producido un brote de infección gastrointestinal, de transmisión hídrica, a
partir de la contaminación de varios pozos de abastecimiento local, lo cual se
ha estado informando por los medios de prensa de ese territorio.
Se han atendido aproximadamente 1 000 pacientes, en lo que ha repercutido
positivamente la pesquisa activa realizada a más del 98 % de la población del
municipio.
En el total de pacientes atendidos, han sido identificados diferentes gérmenes,
precisándose el diagnóstico del Vibrión Cholerae en 53 casos, de ellos 3
fallecidos adultos mayores, de 95, 70 y 66 años de edad, con antecedentes de
enfermedades crónicas, a lo que se adicionó la infección gastrointestinal, por
lo que se continúa en las investigaciones de rigor para determinar la causa
real de muerte en cada uno de ellos.
Este brote de la ciudad de Manzanillo está controlado y su tendencia es a la
reducción de casos, como resultado de las medidas higiénico-sanitarias y
antiepidémicas que se están ejecutando, entre las que se encuentran el muestreo
de los pozos de agua particulares y estatales, con la clausura de los
contaminados, el abasto de agua clorada por las conductoras y en pipas para las
zonas afectadas, la supresión de salideros de agua, limpieza de fosas e
higienización, así como un programa de educación sanitaria a la población. Se
cuenta con los recursos necesarios para la adecuada atención de los pacientes
en todas las instituciones de salud.
Se exhorta a la población a cumplir las medidas sanitarias relacionadas con la
higiene personal, del agua y los alimentos.
Ministerio de Salud Pública
2 de julio del 2012
"Año 54 de la Revolución"
A partir de este momento todo fue más transparente y fluyó mejor; aunque, a los medios locales
todavía les costó un poco más llamar las cosas por su nombre. El periódico provincial La
Demajagua editó en tres ocasiones un suplemento especial titulado ¡ALERTA!, mientras desde la
televisión granmense, Canal de la Nacionalidad Cubana (CNC), se implementó una revista
especial informativa para dar seguimiento a la campaña contra el cólera. En la emisión del día 8
de julio se informaba que se habían cerrado, por estar contaminados, 13 pozos, de ellos 4
estatales; los casos confirmados de cólera en Granma ascendían a 85 mientras en Manzanillo se
registraban cerca de 1845 casos de diarreas. En este y otros programas; así como en carteles y
anuncios se hablaba continuamente de las medidas higiénico sanitarias que es necesario adoptar
para impedir la infección:
1.-Hervir y clorar el agua de beber.
2.-Lavarse bien las manos después de ir al baño y antes de preparar alimentos.
3.-Evitar trasladarse de un lugar a otro de manera innecesaria.
4.-No practicar el fecalismo al aire libre.
5.-Mantenerse informado.
6.-Ante cualquier diarrea acudir de inmediato al médico.
El enfrentamiento a una epidemia de este tipo requiere de acciones múltiples y que rebasan los
límites meramente médicos. Por ejemplo, para clorar el agua se comenzó a vender en farmacias
el Hipoclorito de Sodio al 1% en frascos de 120 ml al precio de 1 peso con 75 centavos, este
preparado tenía una efectividad de 10 días y como de todo hay en la villa del señor, acaparadores
inescrupulosos lo revendieron a 5.00 pesos. La situación se normalizó con el expendio del
Hipoclorito y a inicios de la segunda quincena del séptimo mes del año se le rebajó el precio a 1
peso; la efectividad del producto pasó a ser ahora de 30 días.
Otras medidas fueron, igualmente, implementadas. En la revista de la CNC, retrasmitida el 26 de
julio, se informa que a los trabajadores por cuenta propia se les rebajaría el impuesto; o sea,
aquellos que sólo vendían alimentos líquidos no pagarían cuota impositiva porque, en una
medida correcta, se había suprimido la venta de batidos, refrescos e infusiones por parte de
trabajadores independientes; en tanto, resulta imposible controlar las condiciones higiénico-
sanitarias de un gran número de expendedores; a los vendedores de alimentos sólidos y líquidos
se les rebajaría la cuota al 50%, además de indicársele una adecuada manipulación de los
productos; se le pedía asimismo a la población exigir, tanto en unidades gastronómicas estatales
como en establecimientos particulares, se le vendiesen, en condiciones seguras, los alimentos.
Dos días después, el 28 de julio, por la insalubridad reinante en los coches de trenes -nada nuevo
por cierto-, se deciden suspender los viajes por ferrocarril desde Granma hasta La Habana y
Santiago de Cuba; las capacidades son sustituidas por ómnibus donde el control es mucho mejor,
en tanto, los pasajeros llevan carga limitada, realizarán sus necesidades fisiológicas en las baños
de las terminales y deberán, antes de montar, lavarse las manos con jabón y desinfectarlas.
El almacenamiento de agua en las viviendas es un serio problema, algunos núcleos familiares no
cuentan con medios adecuados para ello; en virtud de dicha realidad se dispuso la venta de
tanques de plástico y asbesto cemento de distintas capacidades, empero el precio exorbitante de
los mismos produjo la reacción inmediata del pueblo, ¿cómo iban a comprar un tanque si su
precio -en el más pequeños de los casos-, duplicaba su salario o pensión? Entonces, se tomó la
decisión de rebajarle el precio al 50% y ofrecer créditos en el banco para su adquisición a partir
de una real necesidad evaluada en el Consejo Popular de residencia; además, y siguiendo la
política de subsidiar personas y no productos, hasta el 11 de agosto se habían entregado, de
manera gratuita, 600 tanques para almacenar agua en los municipios de Manzanillo, Niquero,
Yara y en el poblado de Mabay, perteneciente a la cabecera provincial.(40)
Como los pozos de Cuentas Claras, fuente de abasto de cerca de 62000 personas en la ciudad de
Manzanillo estaban contaminados, se decidió hiperclorarlos para reducir los agentes nocivos
presentes en ellos. Esta agua, por el exceso de cloro, no es apta para el consumo humano; por
tanto, las autoridades decidieron suministrar la de beber en pipas, trayéndolas de otras lugares y
hasta por tren si fuese necesario para que esta gran masa humana pudiese contar con el vital
líquido.(41) Se informó igualmente que se habían adquirido e instalado clorificadores en las
principales fuentes de abasto(42), lo que demuestra que si se colocaron era porque no existían, de
lo cual se deduce entonces que el agua o no se cloraba o se cloraba mal. El 21 de julio el
periódico La Demajagua hace pública la sanción dictada por el Tribunal Municipal de
Manzanillo, consistente en un año de privación de libertad para Rodolfo González Medina e Iván
Contreras Rodríguez (a este último se le condonó por igual período de trabajo correccional sin
internamiento), por la apropiación indebida (hurto), de 12 litros de cloro que debían verter, como
parte de sus funciones laborales, en el pozo Tapia dos, del poblado El Piñal, contaminado con el
Vibrio cholereae(43); este irresponsable y peligroso comportamiento nos otorga el privilegio de
la duda razonable: si lo hicieron en un momento tan delicado como el que se vivía, lo habían
hecho en otras oportunidades.
Desde el primer momento del brote epidémico se insistió en la necesidad de hervir el agua; pues,
el Vibrio cholereae muere cuando es sometido a una temperatura de 60 grados centígrados por
un lapso de 10 minutos y en este caso, siempre resultará preferible gastar dinero en electricidad
y no en medicinas; sin embargo, no todos poseen el numerario para enfrentar un aumento de su
factura eléctrica, por cuanto es la electricidad la fuente energética básica de la cocina cubana y
hervir el agua para tomar (al menos dos litros diarios por persona), dispararía su consumo si
tenemos en cuenta que la tarifa cubana es incremental; o sea, mientras más gastas más pagas.
Con dolor escuché decir a una compañera de trabajo: «Que Dios me proteja, pero yo no puedo
hervir el agua, no tengo dinero con que pagar la corriente»; expresiones como estas se han
escuchado y hecho llegar a las autoridades; lamentablemente, nada se hizo al respecto.
En 14 de julio el Ministerio de Salud Pública vuelve a informar sobre la marcha de la campaña
para enfrentar el brote de cólera. La nota sale publicada en el portal de Prensa Latinay
Cubadebate registrándose en este último -al menos-, 64 comentarios de cibernautas.
El pasado 2 de julio, el Ministerio de Salud Pública informó la presencia de un
brote de enfermos de cólera en el municipio de Manzanillo, provincia de
Granma. Desde entonces, a través de las emisoras de radio y televisión del
territorio, se mantiene informada a la población sobre la evolución de la
situación epidemiológica y en especial, las medidas preventivas e higiénicas a
cumplir.
Hasta el momento, existen un total de 158 personas que a partir de la valoración
clínica, epidemiológica y por cultivo de laboratorio, se le ha confirmado la
presencia del Vibrio Cholerae O1 Tor enterotoxigénico, serotipo Ogawa. No han
ocurrido nuevos fallecidos, manteniéndose la cifra de tres adultos como se
había informado.
Las medidas tomadas han posibilitado que el brote epidémico de transmisión
hídrica, se encuentre disminuyendo, sin evidencia de propagación de la
enfermedad por alimentos u otra vía.
Como resultado del sistema de vigilancia epidemiológica sobre enfermedades
diarreicas agudas propias del verano, se han diagnosticado casos aislados en
otras regiones del país, de personas que se infectaron en Manzanillo, siendo
tratados y estudiados oportunamente, no existiendo diseminación de este brote
epidémico.
Ante esta situación epidemiológica, participan de forma cohesionada los
organismos y entidades implicados para el análisis sistemático y la adopción de
las medidas que se requieran, garantizándose agua potable clorada en la zona
afectada, acciones de saneamiento e higienización, así como el desarrollo de una
amplia campaña educativa con la población, que ha cooperado en todo
momento, en el cumplimiento de las indicaciones sanitarias dadas.
Se reitera la necesidad de intensificar las medidas higiénicas, especialmente las
relacionadas con el lavado de las manos, la ingestión de agua de calidad o
hervida domésticamente, la limpieza y cocción adecuadas de los alimentos,
aspectos estos imprescindibles en esta etapa de verano.
Ministerio de Salud Pública
13 de julio de 2012
“Año 54 de la Revolución”
Del total de comentarios vertidos sobre esta nota en Cubadebate, portal de filiación patriótica y
revolucionaria, 23; o sea, el 36%, lamentaba la falta, lenta y escasa información ofrecida sobre el
brote de cólera mientras un forista, con indentificación TACO TACO, preguntaba: "¿Cómo
entró?, ¿de dónde entró?, ¿quién lo entró?, ¿quién se descuidó?" Son estas preguntas de difícil
respuesta; sin embargo, lo más seguro es que haya llegado hasta estos predios en un hospedero
humano. Cuba un país de llegadas y salidas, turistas extranjeros y colaboradores
internacionalistas van y vienen, resultando imposible, en estas condiciones, realizar en frontera
cuarentenas o estudios epidemiológicos a todos, máxime cuando el Vibrio cholereae puede
convertir a su hospedero en portador crónico al albergarse en la vesícula biliar, al igual que en la
fiebre tifoidea(44) y dar negativo a estudios de heces fecales. A partir de este presupuesto quedan
entonces dos frentes básicos de combate a la epidemia: 1.-Buenas condiciones higiénico
sanitarias junto adecuado suministro de agua potable y 2.-Oportuno y eficaz tratamiento médico.
El último devino clave para evitar que el número de víctimas fuese mayor; el deterioro del
primero hizo posible que el cólera se propagara entre los manzanilleros.
Ese mismo día, en el portal digital de Radio Granma, se publicó la noticia y registraron 4
comentarios, todos desde el extranjero. El primero reconocía que así era cómo debía hacerse para
no tener que leer y enterarse por el Miami Herald, otro hablaba de las deficiencias del acueducto
como causa directa y un tercero, reconociendo el daño causado a Manzanillo por la actual
estructura geopolítica, culpaba al "imperialismo bayamés" como una de las causales que
indirectamente dieron al traste con la paz sanitaria que disfrutábamos. Suelo afirmar que no soy
la conciencia pública de Manzanillo, en cambio soy un hombre de conciencia; por tanto,
imposible permanecer indiferente a lo que sucedía, tanto más, cuando vivo, amo, sueño, trabajo y
sufro en este recodo, era pues, obligación cívica, deber moral e imperativo práctico hacer pública
mi opinión, empero, no la publicaron; días después, el webmaster del sitio me refirió no haberle
llegado mi comentario, no obstante, como lo vertí tal como el alma lo lanzó a mis labios, lo
estampo en estas líneas:
No es casual ni castigo divino que el cólera haya mordido en Manzanillo. Todo
tiene una causa y entre estas podemos mencionar:
1.-Carencia de un sistema de alcantarillado.
2.-Inadecuado sistema para deposición de desechos.
3.-Deficiente estado higiénico sanitario general.
4.-Deterioro creciente de la infraestructura citadina.
5.-Innúmeros salideros en el acueducto que facilitan la contaminación cruzada.
Pero estas causales tiene una primaria y es el ¡ABANDONO! a que ha sido
sometida la ciudad a partir de la infausta División Política Administrativa de
1976; es hora que los que tomaron tal decisión rectifiquen el yerro porque el
cólera es una enfermedad típica de países subdesarrollados, con altos niveles de
pobreza y en el caso nuestro, también, por la sordera de unos, la cobardía de
otros y la inacción de muchos.
Y como cuando los males vienen, llegan juntos, un fuerte aguacero precipitó el antiguo hotel
París, situado encima del otrora paradigmático «Café 1906», en una de las esquinas de la plaza
principal. Ahora, cual bacilo con las fauces abiertas, los restos arquitectónicos parecen decirnos
que pronto muy poco o nada quedará de la arquitectura ecléctica de la cual se han enorgullecido,
legítimamente, generaciones de manzanilleros, si nada se hace para detener el deceso del
patrimonio edificado de la ciudad. Para remate de cadenas y confirmación de que la soberbia y la
desidia se pagan caro, en la tarde noche del 21 de agosto se vino abajo una tercera parte de la
cornisa y el pretil del corredor de la calle Martí -arteria principal de la ciudad-, a escasos metros
del edificio de gobierno; por suerte, a esa hora, nadie deambulada por el lugar, de haber sido en
horas de la mañana o temprano en la tarde hubiéramos tenido que lamentar la muerte de
personas.
La iglesia católica también se sumó al combate contra el cólera. El boletín parroquial de
preparación para la gran Novena por los 400 años del Hallazgo y Presencia de la Virgen de la
Caridad, compuesto de una hoja con cuatro caras, contenía en sus 3/4 partes temas alusivos a la
enfermedad, características, prevención y advertencias sanitarias; por supuesto, incluía una
«Oración en tiempo de Cólera»; se personó, además, en la zona de El Caño repartiendo agua
embotellada y 18 tanques para almacenamiento del preciado líquido. Finalmente, en un acto de
conciliación entre razón y fe, pidió a los feligreses que, si deseaban tomar agua bendita, debían
traerla de sus casas y en el templo sería bendecida.
Los espiritistas, consecuentes con su credo, hicieron igualmente su ofrecimiento y con menos
recursos que los católicos brindaron sus brazos para cavar letrinas; por ejemplo, solo en El Caño
se contabilizaron 1617 letrinas(45); de las cuales, una cantidad determinada estaban llenas o mal
construidas filtrándose hacia el manto freático lo que hacía impostergable el sellaje de las
mismas, reubicación y construcción de otras nuevas.
La ocupación de las altas esferas del estado ante la situación desatada en Manzanillo fue cierta:
se destinaron a la ciudad, para su venta en la cadena de tiendas minoristas y en moneda nacional,
importantes cantidades de elementos de aseo personal y desinfección doméstica (jabones,
dentrífico, detergente líquido, frazadas de limpiar piso, cubos, tanques, cloro, y salfuman), se
orientó el apoyo con carros fosas, desobtruccionadores y pipas de otras provincias, se crearon
brigadas de trabajadores de acueducto y alcantarillado de otras partes del país provenientes deCamagüey, Ciego de Ávila, Sancti Spíritus y Villa Clara(46), mientras la creación de un Grupo
de trabajo estatal, el cual a partir del día 22 de julio comenzó a trabajar junto con las autoridades
provinciales(47), resultó una decisión bien pensada; por cuanto, las necesidades y estrategias
podrían ser conocidas de primera mano por las instancias superiores del estado agilizando así la
resolución de problemas y puesta en práctica de acciones eficaces y eficientes.
El 26 de julio, José Ramón Machado Ventura, segundo secretario del Comité Central del Partido
y vicepresidente de los consejos de Estado y Ministros, junto a Esteban Lazo Hernández,
integrante del Buró Político y vicepresidente del Consejo de Estado, y José Ramón Balaguer
Cabrera, miembro del Secretariado del Comité Central, llegaron hasta Manzanillo con el objeto
de chequear la marcha de las acciones para erradicar la epidemia de cólera; junto a ellos
estuvieron también Víctor Gaute López, integrante del Secretariado del Comité Central, el
general de división Ramón Pardo Guerra, jefe del estado Mayor Nacional de la Defensa Civil y
por supuesto, las más altas autoridades del territorio.(48) Días después, el ministro de Salud
Pública, Roberto Morales Ojeda, sostiene reunión de trabajo en Manzanillo para valorar y trazar
nuevas estrategias de trabajo en la campaña contra el Vibirio cholereae insistiendo "[...] en la
necesidad de incrementar la calidad de los servicios hospitalarios desde cualquier área de salud
para evitar la proliferación del cólera"; también estuvo presente en la reunión Inés María
Chapman Grau, presidenta Nacional de Recursos quien pidió "[...] mantener la planificación,
control y protección de los recursos hídricos de la región"(49), por que estos, en verdad, no son
infinitos.
A pesar de la presencia de dichas autoridades definiendo acciones y acompañando al pueblo,
muchos coterráneos comentaban, quizás con añoranza: ¡Si Fidel estuviera bien, de seguro ya
estaría aquí!; esta expresión es muestra, más que otra cosa, del reconocimiento a la forma casi
obsesiva en que el líder histórico de la revolución atendía los problemas de la nación y si bien es
cierto que esa norma de trabajo le pasó la cuenta a su salud al intentar echarse sobre sus hombros
el país durante los años del período especial, quedó troquelada, como agradecimiento, en el
corazón de los cubanos. Fidel y Raúl Castro Ruz son hermanos de padre y madre, pero no tienen
que ser iguales, de hecho no lo son, como no lo son los cinco dedos de una mano, los cuales, a
pesar de tener un tronco común resultan diferentes entre si; es más, la política de trabajo del
actual presidente de Cuba, de exigir a cada cual haga su trabajo, ha sido y es bien vista por la
mayoría de los cubanos -entre ellos el que esto escribe-; quizás por eso, y porque en el
desempeño de su puesto actual tiene el aval de la historia, algunos manzanilleros desearon contar
con su presencia porque también es cierto que el acontecimiento no era cualquier cosa; sino, el
primer brote de cólera después del triunfo de la revolución.
La cultura resulta cualidad inmanente de la condición humana; es, como decía Hegel, espíritu
objetivado y existirá mientras haya representantes de la especie. Sus peculiaridades geográficas
y étnicas se nos revelan como identidad y los cubanos tenemos una que nos hace distintos a
pueblos pragmáticos, flemáticos o adustos; somos hijos del mestizaje, crisol donde aborígenes,
europeos y africanos aportaron de su savia para crear una cualidad diferente: lo cubano, estado
del ser y del espíritu que entre sus rasgos característicos resalta la alegría, la jarana y el "choteo",
posturas estas que han contribuido, y en no poca medida, a capear los rudos temporales que el
destino les ha deparado; por eso, en los días en que más enfermos se recibían en el hospital un
amigo detuvo mi marcha en la calle y preguntó: ¿Qué le dijo el SIDA al Cólera?, quedé
estupefacto y le respondí: ¿Qué le dijo?, y con la mayor naturalidad del mundo señaló: «Es
preferible morir haciendo el amor que no cagando» Tuve que reírme y en ese momento
comprendí que burlarse responsable y alegremente de la muerte nos preserva y mantiene vivos.
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