martes, agosto 22, 2017

Un promotor musical de alcance mundial.


Si cada manzanillero célebre hubiera llevado a su terruño un granito de arena, Manzanillo fuera hoy día una de las ciudades más importantes del mundo.
Ernesto de Quesada López Chávez paseó el arte musical, operático y danzario por toda hispanoamérica con un éxito difícil de igualar.
Fundó la Sociedad Musical Daniel en España en 1914. Comenzó la difusión musical de artistas como Arturo Rubinstein, Brailowsky, Andrés Segovia, Gaspar Cassadó. Allí también fundó y financió la Asociación de Cultura Musical que llegó a tener cincuenta delegaciones en ciudades en las que no se había escuchado un recital de música clásica y adonde llevó figuras importantes y un piano de cola en calidad de préstamo. En 1917 organizó una gira de conciertos de Rubinstein por Buenos Aires, Montevideo, Santiago de Chile y Valparaíso.
En 1919 organizó una gira por Brasil, Argentina, Uruguay y Chile para el pianista rumano Georges Boskoff.
En 1920 dio instrucciones a su representante en Buenos Aires para preparar diez conciertos del pianista Edouard Risler, que se repitieron en Río y Montevideo. Este año también hubo giras del pianista Ignace Friedman, el guitarrista Andrés Segovia y el violinista Paul Kochanski.
Durante los próximos cinco años Conciertos Daniel contrató para las temporadas de ópera del Teatro Colón de Buenos Aires a los directores de orquesta Felix Von Weintgartner, Richard Strauss, Emil Cooper y Gregorio Fitelberg. También tocaron los pianistas Ignace Friedman, Tomás Terán, Emeric Stefaniai, José Arriola y el violinista Manuel Quiroga.
En octubre de 1922 Ernesto de Quesada firmaba contrato con Andrés Segovia para una gira de cuarenta conciertos por Cuba, Puerto Rico y México.
En el año 1925 llevó a Lecuona a su primera gira de España; contrató a Alexander Brailowsky para su debut en el teatro Regis de Ciudad México y fue a Berlín para negociar con el director de la Opera del Estado un contrato con el Teatro Colón.
Ya en 1926 estaba debutando Erich Kleiber al frente de la orquesta del Teatro Colón de Buenos Aires, interpretando obras de Beethoven, Brahms, Mahler, Mendelssohn, Strauss, Dvorak, Mozart, Wagner.
En el año 1927, conmemorativo de Beethoven, estaba de vuelta Erich Kleiber en Buenos Aires dirigiendo las nueve sinfonías, oberturas, Misa Solemnis y el concierto número 5 para piano, con Wilhelm Backhaus como solista; acompañó al violinista español Manuel Quiroga en gira por Sudamérica, el Caribe y México, así como firmó un contrato en Barcelona con el tenor Miguel Fleta
Trae nuevamente a Kleiber en 1929 a dirigir dieciocho conciertos en Buenos Aires y organiza giras de los pianistas Beno Moisewitch e Ignace Friedman, la clavecinista Wanda Landowska y el violinista Nathan Milstein
Vuelve Erich Kleiber a Buenos Aires en 1937 dirigiendo ópera. Conciertos Daniel lo contrató para dirigir las orquestas de Brasil, Chile, Perú, Cuba Guatemala y México durante los años de guerra.
De 1930 a 1932 propició giras por Sudamérica de los pianistas Claudio Arrau, Nicolai Orloff, Mieczyslav Munz, el cuarteto de Londres y el cuarteto de laúdes Aguilar; el pianista Friedman por México, Centro América y el Caribe; el declamador José González Marín.
Trae el Original Ballet Russe a la Habana en marzo de 1941, con hermosos ballets nunca vistos en Cuba; encuentra una cálida recepción y una inoportuna huelga profesional por cortes de salario al cuerpo de ballet.
Lleva a Kleiber para sus últimos seis conciertos en México en septiembre de 1955.
Murió en 1972.
Había nacido manzanillero entre dos guerras, el Primero de diciembre de 1884.    

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