miércoles, noviembre 16, 2011

Sociedad, corrupción, historia.

Ha terminado en La Habana el V encuentro sobre sociedad y corrupción.
Ambos términos se complementan. No puede haber uno sin el otro. Si el hombre se hace trampa a sí mismo, ¿cómo no se la haría al otro?
No debería de marcarse diferencias entre las sociedades; capitalista, socialista o cualquier otra. Todas son lo mismo porque los hombres en su carácter gregario, cuando se unen en sociedad hacen que ésta tenga peculiaridades que no son la sumatoria de las individualidades.
La armonía entre personas depende de la compatibilidad de sus respectivos defectos y no de sus virtudes. Hay sociedad sólo cuando hay armonía.
Pareciera que el hombre necesita del látigo para trabajar eficientemente; de la inseguridad para ser cretivo; del miedo para la disciplina social.
Estoy convencido de que sin un Hombre Nuevo no hay sociedad nueva. Y los políticos, ideólogos y poetas continúan haciéndonos el inmenso daño de sugerirnos que con una sociedad socialista se mejora al individuo. No y mil veces no. Todo lo contrario se aplica. Primero ha de refinarse el individuo para que, cuando se una en sociedad, se logre una mejoría apreciable.
Orestes Ferrara contestó, a instancias de otro político en el Congreso que quería convertir a Cuba en la Suecia de América: ¿ …y de dónde sacamos a los suecos?
En este punto aparece el gran peligro social de las religiones. Si cada porción de la sociedad puede hacer a la otra lo que sus dioses respectivos aconsejan, el resultado final es obvio.
Comparando la sociedad actual en Cuba, no hay dudas de que el saldo humanitario es inmensamente mayor que en la anterior. Sin embargo no puede decirse lo mismo de la honestidad de la persona. Robar del centro de trabajo es no sólo cosa común, sino justificado. Maltratar la propiedad social es casi normal. Holgazanear es casi un deber.
Hubo un señor que a finales del siglo XIX dirigió el Partido Revolucionario Cubano tomando decisiones que laceraban la unidad política de la Revolución. Fue elegido primer presidente de Cuba en ausencia, con el apoyo de gobernador militar americano y de Máximo Gómez contra Bartolomé Masó. En su segundo mandato persiguió sin compasión a los del partido contrario y cuando creyó difícil la situación llamó nuevamente a los yanquis.
Sin embargo salió de la presidencia más pobre que cuando entró. No creo que pueda decirse eso de la abrumadora mayoría de los dirigentes cubanos de hoy día.
MUERTE DEL PRESIDENTE PALMA.
(Tomado de THE CUBA REVIEW AND BULLETIN. VOL 6. Munson Steamship Line.
1908)
Tomás Estrada Palma, el primer presidente de Cuba, murió el 5 de Noviembre (de 1908) en la provincial de Santiago de Cuba de gastroenteritis complicada con otras enfermedades. El funeral tuvo lugar el 6 de Noviembre en Santiago con gran pompa.
La processión incluyó desfiles de tropas americanas, guardia rural, bomberos y civiles a través de las principales calles de la ciudad hasta el cementerio.
Todos los negocios cerraron. El Gobernador militar Magoon estuvo representado por George Bell, quien fuera secretario del expresidente Palma. El Gobernador Magoon envió una corona de flores a la familia Palma con esta inscripción: “Del Gobernador Provisional a la memoria de un hombre honesto”.
También envió un cable a las autoridades de Santiago para facilitarle todas las condiciones a la hija y los hijos del señor Palma para ir desde Manzanillo, donde están ahora, hasta Santiago para asistir al funeral. Los recursos de la familia no eran suficientes para sufragar los gastos del viaje.
William H. Taft envió un mensaje por cable a la viuda del estadista cubano para expresar sus condolencias y su alta estima del carácter del señor Palma.
El 6 de Noviembre el general José Miguel Gómez, entonces candidato presidencial liberal, propuso una pensión para la viuda y familia de Palma. El Gobernador Magoon aceptó la sugerencia y pocos días más tarde emitió un decreto asignando ua pensión de por vida de cinco mil dólares anuales, moneda oficial a la señora Genoveva Guardiola, viuda de Estrada Palma y una pensión mensual de cincuenta dólares, moneda oficial a cada uno de los hijos menores Candelaria, Lucía, Carlos y Rafael Estrada Palma y Guardiola, hasta la mayoría de edad.

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